Tuesday, November 2, 2010

¿El Pie del Hombre de Yeso o El Pie de Yeso del Hombre?

Contaba con un cubo de yeso y me preguntaba que parte del cuerpo iba a tallar en él. Piensas en cualquier parte del cuerpo, pero luego de ver el cubo, crees que es imposible que algo vaya a salir de ahí.

Visualicé un pie. ¿Porqué un pie? Porque siempre he encontrado estética en ellos. No lo sé. Quizás sea la forma tan minuciosa en la que los dedos parecen estar organizados siguiendo cierta armonía curvilínea. Mmmmmmm! Y esas curvas que hacen del pie una forma sutilmente cóncava... claro, también sé que en algunos casos no hay curvas, y la naturaleza más bién utilizó la regla para tallar planicies sobres los pies. Sean como sean, en ellos hay belleza.



Así que, como pueden ver, decidí afanosamente sacar un pie del cubo de yeso. Al principio el no contar con ni una sóla técnica para tratar al susodicho material, ni con la experiencia necesaria, me saco más de 15 gotas de sudor. Pero gracias a que he formado cierta masa muscular en mi cuerpo, pude cortar la piedra en varias partes para contar con la forma base.

Despúes viene el momento mágico. Un trabajo de sustracción de la piedra en el que se utilizan varias varitas mágicas de distintos tamaños (Unos desarmadores de múltiples tamaños que encontré a muy buen precio en D0llarama) y con puntas cinceladas para transformar lo amorfo en algo definido.

El proceso es lo maravilloso. Aquí es donde debo decirles que yo jamás había esculpido algo. (Escupido sí... pero esculpido no) La escultura se comprende cuando se vive. Cuando la sientes formarse con tus propios dedos. Llegas a tener amor por la pieza que esculpes, puesto que la sometes a un proceso en el que tomas un rol de creador o mago. ¿Mago? Si claro, es realmente mágico, ver cómo con tus manos, con tu sensualidad, y con el deseo manifiesto através de una imágen caprichosa en tu mente, puedes transformar la materia en algo que tiene un significado.



La imágen de mi cabeza se plasmó en el papel de varias maneras, para luego pasar a un proceso de interpretación en tercera dimensión durante el cuál, en varias ocasiones, toqué mi propio pie, para sentir su volumen y el resto lo logré con intuición corporal, porque creo que seguramente mi inconsciente tiene una imágen mental de las proporciones del cuerpo que ha habitado por ya 28 años.

Hay algo muy interesante que debo decirles, jamás se estrecen o se queden bloqueados ante el
"No sé que hacer". Si no sabes por donde empezar al inicio de cualquiera que sea alguna de tus creaciones. Juega con la materia que estás usando y verás que ella misma va a sugerirte la manera en cómo debe ser tratada. Hay una especia de diálogo entre el artista-mago y sus materiales.

Una vez que terminé la pieza con todos sus detalles, cómo el de la separación exagerada entre el dedo gordo y el índice y la textura de líneas en la piel, la coloqué en un lugar limpio y despejado para jugar con mi cámara. Y entonces transformé la pieza de tres dimensiones al mundo de dos dimensiones. Y he aquí la foto:


Luego la publiqué en Facebook, y hubo dos comentarios que me llamaron mucho la atención. En uno de ellos Imelda asustada me decía que, por un momento, ella había pensado que me había quebrado el pie, y que ésta era la imágen de éste, enyesado. En otro, Martín me hacía la brillante obervación:
"On dirait que le personnage en plâtre a pris une photo de son propre pied! C'est génial! / ¡Podríamos decir que el personaje de yeso tomó una foto de su propio pie! ¡Genial! ".

Ambos hablaban de una especie de mimetización o fusión entre el hombre y el yeso. Y eso es precisamente lo que hay que hacer para esculpir: Fusionarse con el material. Tratar al material como si fuera parte de tí.

Gracias a Imelda y a Martin pude bautizar éste artículo con semejante título filosófico.

Sigamos creando... hasta la próxima.

-Victor Velásquez

5 comments:

Anonymous said...

WEY el dedo gordo esta genial, es como una mezcla entre la realidad y la ficcion, tiene curvas al mismo tiempo que es recto... muy surealista, felicidades Bro...!! sigue por donde vas que vas muuy bien...!!!!

AB

Ime Gzz said...

=O QUE PADREEE salí por ahí en el artículo!!! =D...

Me encantó la forma en la que hablas del pie como algo genial y asombroso que tenemos en el cuerpo humano...
estuvo intenso el artículo, tomando en cuenta que parte de una idea muy sencilla ESCULPIR (no escupir jeje)...

Muy bien =), sigue esculpiendo y espero ver esta y tus próximas creaciones en vivo =)

Abrazo!

marteung said...

¡Me encanta este Blog!

Hace mucho tiempo que no he leído algo fascinante en español; he tenido que usar el diccionario (afanosamente, varitas, cincelar); y también, aunque nunca he esculpido algo en una pieza de yeso, podía fácilmente imaginarme en el proceso mientras que leía el blog.
Otra cosa: dices que siempre has encontrado estética en los pies… durante la lectura, no podía dejar de pensar que yo también los encuentro muy… ¿cómo decir?... sexy, expresivos, torcidos, excitantes, representativos de la personalidad de uno… la verdad es que extraño aquel tiempo de mi infancia cuando podía observar, durante largos minutos, las partes del cuerpo de la gente sin preocuparme por ser observado también.
Siento que no puedo mirar los senos de una mujer por parecer perverso, la cadera tampoco, las piernas… las piernas, además se encuentran demasiado lejos de los ojos y por lo tanto, no me deja el tiempo de observarlas y subir la mirada sin que la persona en cuestión se de cuenta. ¿Los pies? ¡Peor! Están extremadamente lejos de la mirada y tampoco quiero estar sospechado de sufrir de una obsesionante fijación en los pies (hasta mejor… los senos).
Siento falta de aquella época cuando podía mirar durante largos minutos los pies, la piel, el cabello, las manos, las arrugas… al fin no sé si hace demasiado tiempo que no leo algo en español, o si es nostalgia pura.

Vicco said...

MMMM veo que dos de los protagonistas de este articulo dejaron comentario :) Martin, el arte es un espacio en el que podemos entrar en un estado de contemplacion de la belleza... y en ese estado los minutos pasan y pasan...

Gael P. Rossi said...

quedó re buena! ja